1ª Reflexión idiota sobre la música y los estados de ánimo
Se está acabando una semana en la que he dedicado un buen puñado de horas a descargarme música y organizar y pasar a CDs la que tenía en el disco duro de este ordenador, que no me pertenece. Me llevo a casa más o menos palmo y medio de CDs. Internet es el mejor regalo que el Progreso nos ha hecho a los pobres. Por un par de tarrinas de discos regateados a un señor calvo en el rastro, voy a añadir a mis estanterías aproximadamente 1.000 € en música, en caso de que la hubiera comprado por su precio real en tiendas. No se lo digáis a la SGAE.
Como siempre, alterno música de mis entertainers contemporáneos habituales con rarezas de cuando el mundo era en mono y en blanco y negro. Y en estas que me he agenciado casi todo lo que han publicado los Beau Hunks, un sexteto de jazz de origen holandés que dejó grabados centenares de surcos en su afán por acompañar las piruetas, tartazos y slapstick en general de, sobre todo, Laurel & Hardy y los Little Rascals. Ese jazz divertido, acelerado, esa música que ya nadie hace, que acompañaba los cortos de cine mudo o los dibujos animados de hace cincuenta años. He encontrado una página en la que uno se puede descargar un buen puñado de ejemplos de la música de Beau Hunks: el apartado "download audio" de una estupenda página italiana sobre el Gordo y el Flaco.
Pero yo venía a reflexionar sobre otra cosa. Porque escuchando sus canciones de fondo en un butacón frente a la chimenea con un buen Cohiba entre los dedos (esto es mentira), pensaba en la música que hace risa. En esas estoy en estos momentos, y no cejaré en mi empeño hasta que obtenga una conclusión.
A lo que me refiero es a si existe música que cause hilaridad, que haga reir. Música instrumental, por supuesto. No valen humoradas, chistes musicados ni acompañamiento visual a las canciones; está claro que los Mojinos Escozíos no nos harían carcajear así si escucháramos sus canciones en versión instrumen... Vale, es un mal ejemplo. Pero creo que se me entiende, ¿no? ¿Es posible que escuchar una canción (instrumental) pueda hacer reír?
En un momento dado, no es demasiado difícil ponerse melancólico escuchando la melodía de un solitario y sollozante violín desgarrando notas, como un llanto, o un piano lejano en el que alguien toca (mejor incluso si lo toca un poco mal) el 'Para Elisa'. Recuerdo que el más alto de los tres cómicos de Tricicle comentaba en una ocasión, siendo entrevistado en Lo + Plus, que la vieja sintonía de Canal+, allá por sus comienzos, ese breve jingle que sonaba durante la continuidad de la cadena mientras un óvalo color gasolina-arcoiris giraba formando el logotipo de C+, le ponía tristísimo siempre, aunque la escuchase en mitad de la mayor celebración festiva de todas. Una amiga mía me contó hace tiempo que se pone muy muy triste siempre que suena 'Friday I'm in love' de The Cure. Se pone a cantarla y acaba retorcida de triteza, como el Tom Hanks de "Philadelphia" escuchando a Maria Callas. Mi colega el vasco escucha una gaita lejana y se le pone el vello de los brazos que parece Hellraiser (cree que en su anterior vida fue William Wallace)...
Yo tengo la mía. Tengo un hermano al que le saco doce años. Y cuando era sólo un pedacito de carne con chupete y se dejaba llevar por otro de sus recurrentes episodios de despertar brusco berreante en mitad de la noche metido en su cuna (que ocupaba precisamente el espacio que ocupa hoy la mesa de despacho donde se apoya este ordenador que estoy usando), lo único que conseguía calmarle y devolverle a los brazos de Morfeo era que cualquier otro miembro de la familia, o yo mismo, pulsáramos el botón que accionaba su juguete favorito. Éste juguete era la cabeza de un patito azul sonriente con un sombrero, formada en relieve sobre una especie de marco redondo, exactamente igual que los trofeos de caza con cabezas de animales en peligro de extinción que cuelgan en las paredes de los cazadores ricos, pero de plástico y de colorines. Cuando pulsabas ese botón, sonaba una melodía formada con pitiditos midi. Y mi hermanito se iba tranquilizando, se callaba y se volvía a dormir hecho un ovillo. Yo me quedaba mirándole y pensándo qué clase de pesadillas tiene un moco de meses de vida, que ni ha visto películas de miedo ni tiene que pagar facturas ni sabe lo que es un monstruo ni tiene cultura humana de ningún tipo, que se sepa. Y mientras tanto yo le daba una y otra vez al botoncito del patito, porque si no mi hermano entreabría el ojo y me gruñía. 16 años después, cada vez que me viene a la cabeza esa anónima melodía midi me invade la pena, la nostalgia me retuerce el corazón y me rompo en cien mil millones de pedazos.
Un segundo.
Ya estoy mejor.
Cada uno tiene ya elegida, lo sepa o no, la canción que debería sonar en su propio funeral. Y de igual forma, cada uno tenemos un puñado de canciones que, cuando las hemos escuchado suficientes veces en la vida (cinco veces es lo mínimo) se nos cuelan en el cuerpo, en el subconsciente o donde demonios sea, de tal forma que cada vez que suenan nos transforman y nos dan la vuelta al estado de ánimo. Se convierten en resortes que despiertan fibras adormiladas. Abren las puertas de nuestra euforia, nuestra líbido o nuestro lagrimal, del mismo modo que la melodía que tocaban los Goonies con aquel piano de huesos abría la puerta que daba paso a la siguiente pantalla de su arcade subterráneo, o esas cinco notas que se inventó John Williams abrían las puertas del cielo para los marcianos en "Encuentros en la tercera fase".
Cada uno tenemos tatuada en el encefalograma una o varias canciones, y en algunos casos nos es imposible vivir sin ellas. Por ejemplo, algunas nos revitalizan y nos insuflan la dosis de euforia suficiente para salir de marcha un viernes que estamos perezosos. La de Tom Cruise en "Risky Business" era 'Old time rock and roll'. Yo patino en gayumbos por los pasillos escuchando 'Do you like me' de Fugazi, 'Santa Maradona', 'Suspicious minds', AC/DC, la famosa de Plastic Bertrand...; si encima esa noche he triunfado, resuena en mi cabeza la 'Cabalgata de las Valkyrias'; me provocan escalofríos de terror algunas baladas crueles de Albert Plá; me dibuja una sonrisa enorme 'It's a friendly world', que cantan REM y Jim Carrey en los créditos finales de "Man on the moon"; no hay una sola canción de Frank Zappa que no me ponga de buen humor (los mejores ejemplos: 'Dancing fool', 'WPLJ', 'Be in my video', 'Joe's garage', 'Let's make the water turn black', 'Bobby Brown', 'The bebop tango', 'In France'...). Sólo hay una canción que me torna melancólico de todo el repertorio que le controlo: 'Uncle Remus'; Minutemen me ponen las pilas; Tom Waits me anima a charlar e ir de bares; el jazz judío de John Zorn me transporta a otros planetas; los Ramones me dan ganas de rocanrolear hasta morir; Charlie Rivel tocando la trompeta creaba la música más agridulce del Universo; y escuchar tan sólo dos segundos de 'Suavemente' de Elvis Crespo me invita a matar...
Pero dejando de lado los complicados recovecos psicológicos que puedan hacer que hasta una canción de Mónica Naranjo me ponga tontorrón porque me recuerda a una chica, a un viaje, a un beso, a un amigo que murió y a un pasado que siempre fue mejor (y a todos os pasa algo parecido, no me miréis así, no me vengáis con purismo musical ahora), se puede decir que hay canciones objetivamente tristes y canciones objetivamente alegres. Esto tiene que ver en un porcentaje muy alto con la armonización empleada y con los instrumentos que la dan forma.
Pero en el caso del humor, por más vueltas que le doy (y dando por hecho que mis conocimientos son y serán reducidísimos por más tarrinas que llene de emepetreses de aquí a diez años), no se me ocurren ejemplos tan gráficos de música (insisto, instrumental) que provoque la carcajada, que haga aflorar los poderes curativos de la risa. ¿Hay música que hace reír?
De momento, no me queda más remedio que quedarme con los Beau Hunks, Raymond Scott, Carl Stalling o la Metropole Orchestra. La banda sonora de la risa más inocente y pura. Mientras apago las brasas de la chimenea y aplasto el puro contra el cenicero, con este reducto de músicos doy por acabada, totalmente insatisfecho, la Fase 1.0 de mi investigación.
Esta foto no tiene nada que ver con nada. Sólo es enfermiza y muy alegre a la vez. Yo lo que quería comentar es que hace algún tiempo apareció un blog que me tiene en ascuas. Y es que hay un tío que está confeccionando poco a poco una especie de biblia, un libro al que podremos acudir todos los futuros seguidores de su culto. Se trata del Cult Of Frunobulax. Y la página es THE BOOK OF FRUNOBULAX.
Es una majadería y no entiendo de qué va. Si ya me cuesta a veces entender por qué hago yo este blog y el otro, mucho más todavía me cuesta entender por qué alguien se lanza a escribir la Biblia de Frunobulax (que supongo que hace referencia al giant size poodle dog que se inventó Frank Zappa una buena mañana). Espero ver la luz tarde o temprano, y si el Culto progresa quiero formar parte de él.
Una majadería, insisto, pero antes o después tenía que comentarlo por razones obvias.
352. BooGnish Onlive vol. 3 - Country & Western Favoritos!!
01. Garth Brooks - Hard luck woman 02. Reverend Horton Heat - Where in the Hell did you go with my toothbrush 03. Dolly Parton - Nine to five 04. Johnny Cash - One.mp3 05. Ween - Japanese cowboy 06. Steve Earle - The Devil's right hand 07. Robert Crumb & The Cheap Suit Serenaders - Singing in the bathtub 08. Primus - Duelling banjos 09. Ennio Morricone - Il buono, il brutto e il cattivo 10. Fast Cheyenne war dance 11. George Jones - He stopped loving her today 12. Lucky Luke - I'm a poor lonesome cowboy 13. Princess Ramona - Then I start to yodel 14. Bill Monroe & The Bluegrass Boys - Cotton-eyed Joe 15. Pat Boone - Speedy Gonzales 16. Jerry Lee Lewis - Boogie woogie country man 17. Southern Culture On The Skids - Camel walk 18. Hayseed Dixie - It's the end of the world as we know it (And I fell fine) 19. Calexico - The ballad of Cable Hogue 20. Blues Brothers - (Ghost) Rider in the sky 21. Nancy sinatra - These boots are made for walking 22. Garth Brooks - Ain't goin down (Till the Sun comes up) 23. Meat Puppets - Comin' down
Servidor se complace en presentar la tercera entrega de la serie BooGnish Online, esta vez dedicada a la música folk norteamericana. Pero entendida a mi manera, y desde mis reducidísimos conocimientos en la materia. Nada de ceñirse a los clásicos imperecederos o sorprender con un recopilatorio de sofisticado sonido americana, que para eso ya hay otros recopilatorios. Esta es una compilación cutre y fronteriza, pero muy cool. ¿Meat Puppets o Primus en un recopilatorio de country? ¿Versiones de REM o U2? ... ¿Y por qué no? Como dijo el otro, esto no es Texas.
Créditos:
A. Los clásicos de toda la vida
El disco incluye dos canciones de Garth Brooks, que nadie puede negar que sea un músico de country en toda regla. Uno de los que más hizo por popularizar el género en la pasada década, y que a pesar de que la sola mención de su nombre hace rechinar los dientes, tiene al menos dos canciones cojonudas. 'Hard luck woman' es una versión muy particular del tema de Kiss, y el corte 22 es su mayor llenapistas.
Otros habituales de todo recopilatorio de country que se precie son Dolly Parton o Johnny Cash. La primera, además de supervixen en potencia, cosecha maravillas tan pegadizas como este 'Nine to five' que dio nombre a su peli y la llenó de premios. Y aunque Juanito Calderilla está por estas fechas tan de moda como El Koala, no he podido evitar poner una de las versiones cool que hizo hacia el final de su carrera bajo la batuta de Rick Rubin. Concretamente la del 'One' de U2.
La balada vaquera de George "The Ol' Possum" Jones'He stopped loving her today' está considerada por muchos expertos como la mejor canción country de la historia. Ellos sabrán por qué. Y el archiconocido 'These boots are made for walking' conviertió a Nancy Sinatra en otro clásico del género, en este caso ajeno. Igual que le pasó a Cash, hoy en día Nancy Sinatra goza de nuevos momentos de gloria desde que fue tarantinizada.
He querido incluir algo de Jerry Lee Lewis, al que si hay suerte iré a ver en concierto este verano. Monstruo del rockabilly, género muy cercano al que nos ocupa, más chulo que un ocho, el único roquero que miró por encima del hombro a Chuck Berry.
En cuanto al género bluegrass (ese country acelerado, con violines y banjos, que bailan en línea en el rancho las siete novias frente a los siete hermanos), en sus orígenes nos dejó joyas imperecederas como el 'Cotton-eyed Joe' del pionerísimo del género Bill Monroe, que todavía se baila en el extrarradio con chunda-chunda de fondo.
B Los Neovaqueros
Tipos como The Golden Smog, The Jayhawks, Bonnie 'Prince' Billy, Son Volt y hasta Ryan Adams se reparten actualmente el pastel del country moderno, juvenil y alternativo. Yo me quedo con Wilco y Calexico, de quienes he incluido su hermosota 'Ballad of Cable Hogue', aunque me gustan más sus temas trompeteros mariachis.
Y luego están los jóvenes adalides del country de toda la vida, que luchan por perpetuar el género. De los pocos que conozco, el que más me gusta es Steve Earle, que se codea con tipos más cool como Townes Van Zandt, The Pogues o los Supersuckers. El corte que he incluido aquí ('The Devil's right hand') es de la BSO de "Brokeback mountain".
C. Los alternativos con tufo fronterizo
Los cortes 2 y 17 son muestras de dos de mis grupos fetiche de-nombre-largo. Dos representantes del redneck-psychobilly que supongo que no necesitan presentación. El Reverendo Horton toca un blues perfecto y muy cachondo, y SCOTS participan con uno de sus inconfundibles himnos al pollo frito picante. Hayseed Dixie comenzaron como un juguete de versiones de AC/DC, como su nombre indica; en este caso se desquitan con el famoso éxito de REM en versión bluegrass acelerado.
D Los sonidos de cine
Todos sabemos que las mejores películas del Oeste, con perdón de John Ford, se rodaron en Almería. Con directores italianos, extras españoles, mucha sangre y violencia, sudor, polvo, desiertos de cartón piedra, duelos... De este contexto es inseparable el maestro Ennio Morricone, autor de piezas como ésta de "El bueno, el feo y el malo" que todos tenemos tatuada en el cerebro.
He incluido también la balada tristona de Lucky Luke que tantos recuerdos trae a nuestra generación. El auténtico spaghetti western hecho tebeo. En realidad la canta un tal Claude Bolling, músico de jazz, pianista, compositor y director de orquesta muy aficionado al country.
En este apartado meto también el 'Speedy Gonzales' que popularizara Pat Boone, dedicado al ratón chicano de la Warner Bros. (ya sabes, «¡¡arriba, arriba, ándale, ándale!!») y sus aventuras en el salvaje Oeste. Aunque la versión que yo cantaba con 5 años era la de Trini López...
E Los raros
Para empezar, tenemos a la banda de jazz novelty vintage (con perdón) del desaparecido genio de cómic de culto Robert Crumb. Historiador de la música de principios del siglo XX, trató de rememorarla, con gran respeto pero sin dejar de lado su ácido sentido del humor, junto con su proyecto musical, los Cheap Suit Serenaders.
En el Salvaje Oeste, tanto el real como en la ficción del cine, hubo y hay unos eternos perdedores: los indios. Por eso no me he querido olvidar de ellos, y hacia la mitad del disco he incluido el sonido real de una Danza de la Guerra de la tribu Cheyenne. Otro representante de los pieles rojas en esta película es la bizarra Princess Ramona. Gurú religiosa de origen Cherokee, nos trae una muestra de la fascinante música yodeling norteamericana. Ese estilo de canto ancestral, (practicado, a su manera, tanto por los leñadores tiroleses como por los Siete Enanitos) consistente en hacer gorgoritos por las montañas. Recomiendo fervientemente al lector el acercamiento al yodeling norteamericano.
'(Ghost) Riders in the sky' es uno de los estándares de música country más conocidos. Escrito en 1948 por el cowboy Stan Jones, habla sobre la leyenda del llanero fantasma, ese cowboy anónimo que cruza los cielos y ensalza el espíritu de los vaqueros errantes... Entre las docenas de versiones que se han hecho, me quedo con la de los fílmicos Blues Brothers (post-John Belushi), cachonda y rockera.
Y finalmente tenemos a los grupos de ""rock alternativo"" meando fuera de tiesto. Empezando por la versión que hiceron Les Claypool y Larry Lalonde de Primus del clásico entre clásicos 'Dueling banjos'. El dúo Ween, unos de mis locos favoritos, publicaron en 1996 un disco entero en homenaje al country tradicional ("12 counrty greats"), a su heterodoxa manera pero muy fiel al género. Otra de mis bandas fetiche es el también dúo Meat Puppets. Cerraban su disco más conocido, "Too high to die", con la misma pieza hillbilly-pop que clausura este recopilatorio.
Cabe añadir que la imagen de la portada es un precioso dibujo del Teniente Blueberry de Jean Giraud "Moebius", robado para ser estropeado con el Paint; y en la contraportada aparece el simpar Jack la Piedra, personaje de Albert Monteys para el llorado fanzine "Mondo lirondo". En realidad la confección de este recopilatorio sólo era una excusa para sacar a Jack la Piedra del olvido, aprovechando que tiene sombrero de vaquero.
Dichas portada y contraportada (así como el montaje portada + contraportada para funda de plástico) que aparecen en este post, están incluidas en el archivo descargable de Rapidshare, junto con los 23 temas, pero también los puedes encontrar aquí, aquí y aquí.
Espero que os guste la selección. Hay varios clásicos instantáneos. Y espero que alguien, aunque sea un solo despistado visitante, disfrute de este recopilatorio y me lo haga saber. De verdad, decidme vuestra opinión (estoy acostumbrado a encajar con humor los peores improperios). Es triste de pedir, pero más triste e de robá.
Mientras escuchaba marchas militares e himnos soviéticos del año del botijo (varias páginas fueron enlazadas en la lista de correo de MB) estaba buscando información y bajándome cosas de Quartetto Cetra. Fue un grupito de italo-swing en la linea de Buscaglione, Carosone, Giorgio Conte y compañía que dejaron su huella sonora en los años 40. Por el camino me he encontrado una página con info y breves fragmentos musicales de otros quartetti, sestetti, gruppi vocali e tutti frutti musicisti de italo-jazz dei pasatto, que a lo mejor a alguien le interesa: AQUI.
No hay demasiada música, e insisto que son sólo fragmentos. Está bien como aperitivo y para pedirle cosas a la mula.
El mejor recopilatorio para inciarse en estas lides es el "Italian cafe", publicado el año pasado en la serie Putumayo Presents, dedicada a descubrir músicas sofisticadas, easy listening y lounge de los cinco continentes. Se pueden escuchar fragmentos también en la web oficial.
Venga, pongo la foto de esta chica para compensar. ¿Alguien sabe quién es?
Por cierto, y ahora que no me oye nadie, voy a confesar que estoy enamorado de una tía de pelo corto que sale riéndose de fondo en la actuación de un ""monologuista"" de la Paramount Comedy, que repiten de vez en cuando desde hace un año o un año y medio. Me tiene loco. Tengo que conocerla.
Los de REGNYOUTH ARCHIVES cada vez son más densos. Descárgate el disco que hizo Mike Watt con la élite del rock yanqui de los noventa (aquí) o el primero de The Avalanches si es que aún no lo tienes, que no me canso de decirlo.
Por cierto, que la mula ha estado también echando humo trayéndome cosas de los de siempre: Mike Watt (Minutemen, Dos, Firehose), Mike Patton (Nuclear Rabbit, otro de sus paranoias, que se me había escapado), John Cage, John Zorn, el disco ése de Hurra Torpedo que parece que hay que escuchar, y recopilatorios de lo de siempre. Y las series y las películas más raras que se me ocurren.
Ya sé que esto poco le importa a nadie, pero al fin y al cabo este blog sólo lo leo yo.
Minuto y resultado: 11 de la segunda parte, Francia 1 - Italia 1.
Debajo de la imagen de esta bonita estatua sita en algún lugar de China, aprovecho para montarme un recopilatorio con canciones disponibles ahora mismo para descarga, que he estado escuchando esta tarde:
Voy a actualizar un rato, aprovechando que me he lanzado a navegar. Llevo una tarde de lo más musical.
He conocido, por ejemplo, a MATTHEW'S CELEBRITY PIXIES. Es un grupo (o por lo visto un solo colgado) que se dedican a hacer versiones de los Pixies, imitando a su vez el estilo, el sonido y las voces de diferentes músicos famosos en cada uno de los temas. El resultado es bastante estimulante y verdaderamente increíble. Escucha algunos ejemplos:
¿No es increíble? Pues hay más. Ejercicios de impersonatorización sobre Elvis, Bob Marley, Tina Turner, Beach Boys... Y mi favorita probablemente, 'Where is my mind' tal como la versionarían Lojuín.