Twit #00031
En Mandril tenemos todos permiso del ayuntamiento para bailar el schotis todo el día en la Pradera, os jorobáis los demás. Yo ahora mismo estoy fumando un Laramie y bebiendo una Duff, y acabo de zamparme una lasaña de la marca Abricome que compré el otro día en el Badulaque. Sorprendentemente estaba rica. He pasado una mañana estupenda sacando brillo a la casa. Mi gato le está perdiendo miedo a la aspiradora, y ahora en lugar de esconderse cuando ésta gruñe, la ataca con todos los pelos erizados. He vaciado el filtro de la aspiradora, y había dentro pelo como para enmoquetar Chamberí. Esta tarde tengo visita, y voy a preparar canapés y rusos blancos a tutiplén. En otro orden de cosas, ayer llegué a casa algo tocado a eso de las dos de la mañana y me dio por confesarle al hiperespacio el nº de mi tarjeta de crédito. No para ver a una bakala desnudarse y frotarse el parrús en su webcam, sino para comprarme una cuenta Premium de Rapidshare. La más barata, la de un mes. Por 7 euros tengo 31 días para dejar secos los servidores del invento. Como me suele pasar, no sé por dónde empezar. Anoche me descargué casi a la desesperada los 52 tomos prestigio de la serie Transmetropolitan (de aquí), y estoy acumulando en el hdd las series de los Munster y del Príncipe de Bel Air y 25 tomos del Spirou de Franquin (acá, acullá y aquilicuá). Cualquier día de estos las tendré embutidas en sendos DVDs, y aunque es un poco estúpido me hará feliz. Lo primero que vi anoche al llegar a casa, por cierto, fue a Fernando Sánchez Dragó disfrazado de chulapo dando su propio pregón autorreferencial delante de un croma. Sé que no lo soñé, mi imaginación tiene límites. Hace un momento en la Sexta han cubierto la noticia del asalto a la sede de Ferraz que han llevado a cabo unos neonazis virtuales en Second Life, qué noticia más deliciosa. A mí me gusta muchísimo más la ficción que la realidad; es más, la realidad es una mierda puñetera, y me invita a quedarme en casa cada vez más tiempo mirando por la ventana del monitor donde sólo pasan cosas imaginadas por alguien. Y he pensado enseguida que ojalá sólo me enterase de las noticias que pasan en Second Life, en Marvel y en los Simpsons. El resto me importan una mierda. Cómeme el miembro, mundo real. Cuando miro por la otra ventana, ésa en cuyo alféizar suele estar mi gato tomando el sol, lo primero que veo es un cartel con la cara de Esperanza Aguirre que cuelga de una farola, y me pongo muy triste. El mundo real me toca los cojones. Que les vote su puta madre, que se mueran todos. A mí dejadme en paz, que estoy leyendo las aventuras de Spider Jerusalem, escuchando a un grupo que se disfraza de globos oculares y hablando con mi gato, que es quien mejor me entiende.Etiquetas: Twitter
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