627. El culo de P'Gell
Ya dije hace dos posts que llegué tarde y mal a la celebración del
Big Culo Day, pero que tenía pensado rendir homenaje a una de las chicas de Will Eisner, porque forman parte indiscutible de mi iniciación sexual, en esas lecturas adolescentes bajo la sábana, con una linterna. Y es que no hay más que ver a P'Gell, en esta estampa de aquí arriba. P'Gell era en mi cabeza más traviesa, más fatal y mucho más hermosa que Rita Cansino, por ejemplo. P'Gell es mi Marilyn. Vale que las mozas de Crumb son las más turgentes y erotizantes para el lector de cómics pajero estándar; que las de Manara despiden toneladas de sensualidad hasta (o sobre todo) cagando; o que las chicas de Marvel salvaban el planeta a la vez que nos ponían la cosa como a La Cosa (mucho más allá de los derroches orgiásticos de Image o Adam Hughes, mi dibujante de superheroínas favorito siempre será Alan Davis). Yo también cogía a escondidas los Cimoc o los Jueves de papá para ojearlos en el baño con una sola mano y, como ya anuncié, los tebeos y las portadas de videojuegos de Alfonso Azpiri para Spectrum también formaron parte de ese tímido destete entetado. Pero leí
Spirit por primera vez siendo muy pequeñito, y desde entonces he tenido muy claro mi ideal de mujer en tebeo.
Es por eso que estuve buscando un buen pandero firmado por Eisner, pero no es tarea fácil. En sus viejas historietas de
Spirit, me refiero. Eran los años cuarenta, y lo más atrevido que dibujó fue algún escote o alguna chica con la camisa abierta y anudada a la altura del ombligo, pero sin detalles. Confieso que sólo repasé los primeros veinte números de la colección, y por fin encontré a P'Gell de espaldas. No es una estampa precisamente muy explícita, a pesar de que el erotismo (ultra-soft) rondaba en casi todas las historietas de adultos de la serie. Pero el caso es que aquí está P'Gell de espaldas (pulsa para ampliar):
Etiquetas: Chicha, Dibujitos
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